Melotti se propone reconstruir el verdadero pensamiento de Marx y discernir un esquema del desarrollo mediante una exégesis de sus textos. Con ese propósito examina otras concepciones: desde el bilinealismo de Plejanov hasta los trabajos de Wittfogel, Hobsbawn, Godelier, Rodinson, Chesneaux, Mandel, Suret-Canale, Garaudy, Schmidt, Tökei, Dhoquois, Huberman y Sweezy, entre otros. Lo hace sobre una sólida base: un prolijo estudio de la obra de Marx y Engels y el conocimiento de la realidad de los pueblos del Tercer Mundo. De estos se trata, justamente; las formas de organización social del pasado sobreviven en el presente, y estas documentan aquellas. El autor propone, por su parte, un esquema multilineal, articulado en formaciones primarias -constituidas por las diversas formas de la comunidad primitiva- y secundarias -integradas por la sociedad asiática, la esclavista y la feudal-, así como en sus relaciones de derivación genética. A manera de conclusión, sostiene que el socialismo sólo podrá alcanzarse cuando la cadena de la explotación se rompa en su eslabón más fuerte: los grandes países capitalistas.