Se establece en esta obra una comparación entre dos enfoques, uno de ellos "discursivo, sociológico, organísmico y literario" y el otro "axiomático, económico, mecanicista y matemático". Ambos difieren en los interrogantes que plantean, apelan a diferentes medios para sintetizar los abrumadores pormenores de la "realidad", se fundan en distintos supuestos sobre la labor científica y provienen de tradiciones ideológicas que presentan agudos contrastes. Como principales expositores modernos del enfoque económico, Barry pone bajo su minuciosa lente analítica a Olson y Downs; entre los representantes del enfoque sociológico, ausculta a Almond y Verba, Eckstein, Lipset y Parsons. Tras un detenido examen, enumera las limitaciones de uno y otro enfoque y sugiere la posibilidad de reunir en un tercero sus elementos más útiles, ya que nada impide "combinar la racionalidad con el interés por las condiciones de la estabilidad, o el énfasis en las normas con una teoría en que se persigan racionalmente metas sujetas a ciertas restricciones".