Goldmann presenta en esta obra su original concepción del marxismo. A su juicio, lo específico de este es la noción de sujeto colectivo: en la historia no actúan los individuos, sino, a través de estos, los grupos sociales; sólo con relación a ellos podemos comprender acontecimientos, conductas e instituciones. Los estudios que consagra a Lukács, Marcuse y Sartre trazan un novedoso boceto de la filosofía del siglo XX, que en vano buscaríamos en autores que se atienen con exclusividad a lo meramente académico. El autor consagra el "Prólogo" al estudio de los acontecimientos de mayo de 1968 en Francia. Allí traza un originalísimo cuadro de las transformaciones sobrevenidas en la composición de las clases medias, en la función de la Universidad y en la índole de la clase obrera. Por la multiplicidad de sus temas y por la unidad de su pensamiento, esta obra se convierte en testimonio de una filosofía monista que rechaza las falsas alternativas entre teoría y praxis, especulación abstracta e interés concreto por la vida social y el futuro del hombre.