El autor reseña en esta obra los distintos modelos psicodramáticos, desde Moreno hasta los trabajos recientes de autores argentinos, y sus modalidades de inserción en el hospital psiquiátrico. Centra luego su atención en la comunidad terapéutica, esbozando sus conflictos y contradicciones, y estableciendo la diferencia entre un modelo asistencial que se dice "integral" y otro al que Kononovich llama "integrador", el que implica "un trabajo de intercalación y entretejido de las prácticas terapéuticas, proveyendo uniones, puentes, vías y ligaduras". Sostén y pivote de esta propuesta es el "psicodrama comunitario", cuyo encuadramiento, conducción y técnicas específicas se analizan y evalúan con detalle sobre la base de un quehacer concreto. Este libro es el relato de una experiencia e incluye interesantes hipótesis teóricas y la descripción de numerosas técnicas, abriendo esperanzas para la labor institucional.