U$S 11,37
Siendo no sólo creadora sino criatura, la mujer está dividida. Esta es su partición y su padecimiento: lo que le toca en el reparto. Y es asimismo el cénit del goce. El hombre es criatura y creador, pero la línea de partición no está en él: está entre él y la mujer. Ella es la verdad que él interroga para encontrar el secreto de la creación. La mujer no interroga al hombre. Lo invoca como ideal de esa unidad que ella no es. El hombre es uno por obra y gracia del significante de su falta, el falo. Ninguna revolución sexual moverá la línea de partición entre el hombre y l..