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Tres psicoanalistas argentinos, bajo la supervisión de David Liberman, investigan la sesión psicoanalítica con niños desde el punto de vista del intercambio comunicativo que se produce entre terapeuta y paciente, y en los sistemas intrapersonales de cada uno de ellos, con vistas a una conceptualización semiótica del juego en el análisis y su organización según una gramática que puede servir de vehículo a distintos mensajes. Este enfoque, unificador de los modelos del psicoanálisis clásico con los de la lingüística, reformula la clasificación de los pacientes según pauta..